ENCUENTROS CERCANOS CON GRANDES TIPOS
Cierto día del año en curso me acerqué a saludar a don Mario Mestanza Villacorta. Horas de la mañana. Primero, los saludos de rigor. Enseguida me enseña las copias mecanografiadas de un trabajo que desea publicar. Aproximadamente 260 páginas, todas referidas a vivencias en su querida Chota. Hablamos de tiraje, presupuesto, todo aprisa. Es comprensible, tiene que atender a sus clientes, trato de ser prudente. Le sugiero la conveniencia de visitarlo por la tarde. Acepta.
La cita
para conversar con don Mario se concreta para las 4 de la tarde. Así es. A la
hora señalada me aproximo presuroso al lugar indicado. Al llegar a la puerta de
su casa, doña Maximina, su esposa, me hace pasar. Enseguida aparece don Mario.
Creo que estuvo gozando de una reconfortante siesta.
Me pregunto en silencio: ¿Estará delicado de salud? No me atrevo
a preguntarle respecto a lo que percibo. En todo caso, lo veo animoso.
Y comienza
la conversación. Él es el protagonista. Tengo frente a mí a un hombre que
siempre luchó por salir adelante. Muchos temas. Muchos recuerdos. El destino
que juega con el hombre, con el profesional, con el CIUDADANO. Realizaciones.
Coincidencias. Misterios. ¡Vaya usted a saber! Y como la vida misma, una historia
que va forjándose con alegrías y pesares. Sí, con grandes realizaciones, pero
también –como en un principio- soportando las carencias que le impuso el medio.
Sin que
haya una propuesta establecida, ya está tratando sobre el tema del Hospital de
Chota.
Afirma:
-Aunque a
muchos no les guste, es bueno aclararlo. La gestión del diputado Víctor
Tantaleán fue decisiva para la creación de este hospital.
Agrega:
-Para
llenar el requisito que debía cumplir para su creación en lo que respecta a la
población beneficiaria, tomaron en cuenta aquella que pertenecía a las
provincias de Cutervo, Santa Cruz y Hualgayoc.
Sigue
brindando mayores datos. Afirma tener muchos documentos, copias de leyes, etc.
Hace referencia sobre su paso por la Beneficencia Pública de Chota y la
efectiva labor que el tocó cumplir en esta institución.
Le
pregunto:
-Don Mario, ¿qué amigos de su infancia o su colegio se
encuentran en Chota?
La
respuesta no se hace esperar:
-Héctor
Bautista y Segundo Núñez Montes.
Sin embargo
recuerda a un amigo entrañable que hoy vive en Trujillo, el Dr. Julio Vásquez
Acuña.
Me interesa
saber si fue deportista.
-Me gustaba
el fútbol, pero como era enfermizo no podía practicarlo en forma continua.
Además mi madre me lo prohibía, tanto que el curso de Educación Física no lo
llevaba. Estaba exonerado por lo delicado de mi salud.
En esta
parte hagamos un poco de historia en la vida de don Mario. Realiza sus estudios
en el C.E. Nº 10381 (ex 61). Sus estudio secundarios, en el Colegio Nacional
“San Juan”, promoción 1940. En la Universidad Nacional de Trujillo realiza sus
estudios superiores en las Facultades de Farmacia y Ciencias Biológicas; por
consiguiente ostenta dos títulos.
Pero
vayamos por partes. Atiendo lo que él me cuenta:
-En la
educación secundaria tuve un retraso de un año en relación a mis primeros
compañeros de estudios. Sólo uno de ellos me siguió acompañando, el Dr. Julio
Vásquez Acuña.
Refiere que
los estudios eran muy fuertes, todos alumnos “chancones”, lo que daba lugar a
que haya una gran preocupación por los estudios a fin de no quedar relegados.
Como hecho anecdótico nos relata que “la única mujer que concluyó sus estudios
en mi promoción fue Felícita Huanámbal”.
Con cariño
recuerda a sus grandes maestros, hombres muy bien preparados pero también muy
exigentes y justos, a sus compañeros de clases
que debían madrugar a la plaza de armas a fin de lograr un buena
ubicación para aprovechar las bombillas de luz artificial.
Habla sobre
las competencias deportivas, grandes partidos de fútbol. Tiene palabras para un
deportista, compañero de aula. Dice:
-Se trataba
de Manuel Díaz Collantes, de Santa Clara. ¡Qué muchacho para correr! Dominaba
todas las pruebas. Era quien sacaba la cara por la sección.
Prosigue:
-Se
disputaba una carrera de 1000 metros. Nuestra sección no tenía representante en
esta prueba. Se logra que Manuel Díaz se inscriba para esta carrera. Nadie le
daba chance ya que anteriormente había participado en otras pruebas de campo.
Sin embargo a la hora decisiva, nuestro compañero gana imponiendo un ritmo de
carrera que al final remata con gran velocidad. Todo era alegría para nosotros.
Es prudente
agregar lo siguiente: don Mario Mestanza, después que concluye su educación
secundaria y debido a las dificultades
económicas, tiene que optar por trabajar en la fábrica de aguas gaseosas de
propiedad de su hermano Octavio. Un bien día, su profesor de matemáticas, el
Prof. Alarcón, se sorprende al verlo trabajar en esta fábrica. De este accionar
también se entera el director del Colegio San Juan, el profesor Oscar Cevallos.
Luego, una nueva página. Gracias al apoyo y gestión del diputado Benedicto
Cevallos es propuesto como profesor de la escuela primaria de Tacabamba. Sin
embargo el destino le es esquivo. Su nombramiento sale para el distrito de La
Esperanza, provincia de Santa Cruz. Era el año 1942. En este lugar vive noches
de soledad y de música, acompañado muchas veces de otro instrumentista que con
guitarra en mano se convierten en un dúo muy afiatado.
Gracias a
los buenos consejos de su querida madre ahorra todo lo que puede de su sueldo
como profesor de La Esperanza. Su misma progenitora le entrega una suma de
dinero para que costee sus estudios superiores. Lo que viene a continuación es
historia conocida. Ingresa a la Universidad Nacional de Trujillo. Adquiere dos
títulos profesionales. Posteriormente trabaja en esta universidad, aproximadamente
ocho años, Luego regresa a Chota. Se hace cargo de una plaza en el Colegio San
Juan. En este mismo centro educativo organiza el gabinete de física y
laboratorio de química. También desempeñó labores docentes en el Instituto de
Comercio, Colegio Agropecuario y Colegio Sagrado Corazón de Jesús.
Muchas
anécdotas giran entorno a la vida de don Mario Mestanza. Con cierto orgullo
cuenta que puso su granito de arena para que profesionales de la salud se
decidieran por la carrera docente. Testigos de estos afanes son los doctores
Hernán Rivera, Alejandro Valdivia y Clarita Tantaleán M.
Don Mario
Mestanza es escritor, tiene en su haber muchos escritos, extraordinarios
poemas; también ha compuesto canciones. Precisamente, dos integrantes de su
partido político, el Partido Aprista Peruano, las señoras Teresa Campos V. y
Magnita Mejía P., suscriben un documento donde se lee: “Embelesado con su Chota que lo vio nacer e inspirado en el verdor de
sus paisajes, en la hermosura de sus campiñas, en las costumbres de su pueblo,
así empezó a escribir en la profundidad de sus corazón y llevado por su
creadora inspiración transformó el
sentir de sus pensamientos en música porque los tradujo en versos. En
sus canciones evoca las costumbres de su pueblo, la hermosura de la mujer
chotana, la valentía y el coraje de sus hombres, canta la belleza del paisaje
chotano comparándola con lo celestial y siente verdadero orgullo de ser
chotano.”
Esta vez no
fue propicio hablar de política con don Mario Mestanza. Disfruté mucho de esta
conversación. Todavía se le nota animoso. Ya para concluir, tiene palabras de
cariño para su esposa Maximina Cabrejos y para sus hijos: Lilia Aydé, Carlos
Manuel, Martha Perpetua, Mario Fernando, César Augusto, María Isabel y M.
Carla, sin dejar de mencionar a su último vástago Hugo.
En la
despedida, palabras para referirse a su trabajo teatral “El Incendio de Chota”,
obra que fuera escenificada en alguna oportunidad por alumnos del Instituto
Superior Pedagógico “Nuestra Señora de Chota”. Me explica acerca de las
motivaciones para escribirla. Dice:
-Lo
principal fue dar a conocer acerca de este desagradable episodio que el tocó
vivir a Chota, valiéndome de fuentes familiares. Nada más. Era necesario
relatar este infausto hecho, por supuesto sin afanes protagónicos. Después creo
que hubo malos entendidos.
Al final,
las palabras de despedida, el apretón de manos.
Hasta siempre, don Mario. (HCA).
*En CONDAC. Año 3, Nº4. Setiembre 1998.
Mi abuelo el dr julio vasquez acuña a sus 97 años un hombre ejemplar varias veces alcalde por chota y diputado por cajamarca muy querido y recordado.
ResponderEliminar