domingo, 2 de junio de 2013

DON VICENTE SÁNCHEZ MEJÍA, UN BUEN PADRE, UN BUEN CHOTANO*

                                               ENCUENTROS CERCANOS CON GRANDES TIPOS


La entrega periodística requerida. U encargo difícil de rehusar. Claro, si es para NORTE solamente lo que queda es cumplir. Y lo hacemos con cariño. De por medio, Carlos Idrogo y César Verástegui, amigos entrañables, empeñados en esa noble tarea de informar de dejar huella, de trascender. Ambos con una propuesta común: ir al encuentro de un chotano -Iongevo él- con una rica historia vivida a lo largo de sus 88 años. Un ciudadano ejemplar que al frente de su hogar tuvo la grandeza, sí, junto a su compañera de toda la vida, la recordada doña Sarita de procrear hijos cuya formación a lo largo de los años transcurridos resultó fructífera para ser útiles a la sociedad. La tarea está cumplida y en esto no creo equivocarme cuando tenemos hijos que nos llenan de orgullo. Esto debe sentirlo don Vicente Sánchez Mejía, un gran amigo, un buen chotano, un buen padre.
Fui a visitar a don Vicente el martes 04 de febrero. La noche ya tendía su manto sobre nuestra querida Chota, siempre digna, siempre viva. Llegué a su casa de improviso. Al fondo, en su cuarto de descanso lo encontré dormitando en su acariciada  perezosa. Se despertó -más bien, lo despertaron-. Al instante, el abrazo fuerte, el apretón de manos. Le explico sobre el motivo de mi visita.
Ahora, a lo nuestro. Don Vicente Sánchez Mejía nace en Chota el 26 de enero de 1915. Sus padres, Manuel Sánchez Quintana y María Antonia Mejía Tarrillo. El mismo dice: "Mi padre fue de Nungo, Tacabamba; mi mamá, natural de Samangay, me parece a la altura de Negropampa".
Don Vicente, ¿dónde realiza sus estudios primarios?
“Los inicié en la Escuela Elemental. Terminé en eI 61. Pocos son los compañeros que quedan. La mayoría han muerto. De mis condiscípulos recuerdo a Antonio Cadenillas, Gilberto Vigil, Alfonso Vigil, Pepe Sánchez Castro, Chamorro, Toro, Barrionuevo. También fue mi compañero Alejandro Díaz Acuña, conocido como El Conejo”
Sobre sus profesores, me contesta:
"En el primer año mi profesor fue don Teodoro Medina: en segundo año, Clara Quijano; en el tercer año, don Calixto Zamora; en el cuarto. Concepción Díaz; y en el quinto año tuve un profesor de apellido Cruzálegui”.
Conforme pasan los minutos, la conversación se torna más amena. Habla con emoción de sus años mozos. Afirma: "Tuve la suerte de que me crié al lado de las señoritas Acuña. Ellas, Juanita y Adelaida, fueron personas muy cariñosas.
Me intereso por su trabajo relacionado con la panadería. De Inmediato me responde: "Me dediqué totalmente a la panadería desde que murió mi esposa como una forma de entretenerme. Yo fui sastre a los 15 años También fui arriero. En 1974 fui juez de paz de segunda nominación para el distrito del cercado de Chota". Prosigue: "En mi sastrería tuve ayudantes que me apoyaron mucho. Trabajaron conmigo: Segundo Guevara más conocido como" el trinche", Mario Vásquez, Mesías Cayotopa. También habla de sus clientes, algunos de ellos muy distinguidos como: "Antonio Soto Burga, Carlos Alva, Fausto Valdivia, Ciro Torres. Lucho Mago, etc.".
En cuanto a sus familiares, evoca a sus hermanos. Dice: "Cuatro ya están muertos: Lorenzo, Carmen, Manuel y Porfirio. Mi otro hermano, Carlos, vive en Chota". Le menciono sobre la participación de don Carlos Sánchez en el conflicto con el Ecuador el año 1941. Enseguida le pregunto:
Don Vicente, ¿y usted no asistió esa confrontación bélica?
-No. A mí me tocaba pelear en el conflicto con Colombia, en Leticia. Sucede que al casarme a los 18 años de edad, la ley me impidió asistir. Solamente me alisté como movilizable.
En efecto, don Vicente Sánchez se casa con Sara Rivera. Ella muy joven, con 15 años de edad. Nuestro entrevistado comenta. “Ella vivía enfrente de esta casa, con sus padres”. Sobre sus hijos, tengo la seguridad se siente satisfecho por lo que ellos lograron. Sonriente aclara: "Tengo muchos hijos. Es que en aquellos tiempos no había televisión". Le digo que los mencione. (Su nieto José Carlos nos presta ayuda. Saca de las pertenencias de don Vicente una tarjeta, donde figuran los nombres de sus hijos y se indican las fechas de sus cumpleaños). Estos son: Víctor Manuel (empleado), César Edilberto (profesor), Bertha Elena (profesora, fallecida), Teresa Margarita (profesora), José Luis (coronel PNP (r),  Mario Gilberto (profesor), Carmela Isabel (profesora), Nelly María (profesora), Carlos Alberto (empleado), Luz Victoria (profesora), Mary Antonia (cantadora pública), Marco Guillermo (capitán PNP), Sara luz (profesora), Vicente Antonio (economista) y Jorge Eduardo (capitán PNP).
De sus aficiones por el deporte, don Vicente declara que en su juventud le gustaba practicar atletismo. Otea en sus recueros. Tiene palabras de elogio para el colegio nacional "San Juan". "Había alumnos que destacaban en el fútbol y básquetbol. Un extraordinario arquero Juan Antonio Zamora" dice.
Respecto a sus simpatías políticas, declara que nunca fue militante de un partido político, sin embargo sintió admiración por Fernando Belaúnde Terry. Sobre todo cuando asumió el mando en 1980.
Seguimos conversando, otros temas, muchas vivencias. En la tranquilidad de su hogar siente que no está solo, su amada Sarita lo acompañará por siempre. Vive atado al recuerdo de sus hijos, 30 nietos y una veintena de bisnietos. A Dios gracias, todos viven pendientes de él. Continuamente se turnan para visitarlo. Como él mismo dice: "Yo no me acostumbro en Lima. Ya les he dicho a mis hijos como ya no puedo viajar, mis hijos y mis nietos tienen que visitarme en Chota”.

Estamos casi en la despedida. Dejo a don Vicente Sánchez en la tranquilidad de su hogar, con su apacible forma de vida, sus recuerdos. También con sus dolencias, el tiempo que va dejando huellas. Como el mismo dice:
"En general me siento bien, pero usted sabe con los achaques de la edad". Al estrecharle la mano siento la calidez del hombre bueno, del amigo sincero, del ciudadano ejemplar.
 Nos vemos don Vicente. (HCA)


*En NORTE. Marzo del 2003.

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