PÁGINAS AL VUELO
¿El rótulo resulta corto? Sí. Evidentemente,
debería incluirse, además de poeta, también cuentista y dramaturgo.
Espero se entienda, esta vez hay un motivo especial para este titular.
Este artículo -como ya en
anterior oportunidad lo dijera- no pretende comprar simpatías; sin embargo -y
esto es lo que más importa- espero que Estuardo Villanueva me dispense tamaño
atrevimiento al referirme sobre su persona. Él se merece mucho más…
Amistad y admiración, dos sentimientos que ha permanecido
ligados en torno a la figura de este reconocido chotano, médico de profesión,
quien a lo largo de muchos años se sigue
manteniendo vigente en la apasionante tarea de escribir. Amistad que se fructificó en apasionantes tertulias –siempre
respetuosas, a veces un tanto vehementes- que en definitiva siempre tuvieron un
feliz colofón. Sí, horas bien gastadas en reuniones sociales y culturales,
incluyendo también las otras cuyos finales son
los interminables apretones de manos y los consabidos abrazos, a la par
de promesas y planes, pero que al despertar del nuevo día es posible que
tengamos a nuestro alcance el recuerdo de una parte de lo que fue una amena
conversación, eso sí, muy bien acompañado de la infaltable jaqueca y del
característico malestar del cuerpo.
Admiración por la obra realizada con paciencia y total
entrega. Y para mantenerme fiel con mi primera apreciación acerca de la valía
de este escritor chotano, permítanme transcribir la parte final de un artículo
que escribí en el diario La Industria de Chiclayo a propósito de la
presentación de su poemario “Pesares y Ufanías” la noche del 14 de octubre del 2005: “Fue una noche feliz,
apacible. De música y poesía. De reconocimiento y homenaje; sí, al escritor
galardonado y cultor de la prosa y el verso, al autor y director de piezas
teatrales, al acertado crítico taurino. Definitivamente, Estuardo Villanueva se
lo merecía”.
¿Y a qué viene esta extravagante
introducción? Pues, tener un especial pretexto para sumarnos a las
felicitaciones por el merecido homenaje que le tributó el Concejo Provincial de
Chota el día 1 de noviembre del 2013 (aniversario de la fundación española de
Chota) al concederle la Medalla de Mérito por ser el más destacado y
galardonado poeta chotano. (Es
pertinente precisar que en esta oportunidad también fueron distinguidos el Dr.
Julio Vásquez Acuña, mejor alcalde del siglo pasado; el Dr. Carlos A. Sánchez
Arrascue, mejor alcalde del presente siglo; y el Dr. Demóstenes Cabrera
Herrera, por haber dedicado cuarenta años de su vida a la Salud del pueblo
chotano.). El día anterior, es decir el 31/10/2013, durante el Encuentro Internacional
de Poetas y Escritores en el certamen “Todas las Sangres - Juan José
Bustamante” se bautizó la Biblioteca de Autores Chotanos “Estuardo Villanueva
Díaz” creada por la Municipalidad Provincial de Chota, que se ubica en el
Complejo Cultural Akunta. En consecuencia, doble motivo para congratular a
Estuardo Villanueva.
Pienso, y ahora qué. Al instante
surge la necesidad de buscar un apoyo para definir con mayor autoridad el
bosquejo que se planteó al inicio. Listo, lo tengo. Recurro a mi dilecto amigo
Segundo L. Rojas Gasco, destacado investigador chotano, que en el prólogo del
libro “Acecho del Clarinorco” de Estuardo Villanueva escribe: “Son conocidas a
nivel regional, nacional e internacional, las notables cualidades literarias de
Estuardo en el campo de la poesía, cuento, relatos, novela y teatro; las mismas
que le han permitido obtener premios en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, en la Universidad Nacional de Trujillo, en la Universidad Nacional de
Cajamarca, y la Universidad Particular de Piura; y también en otros concursos
programados por reconocidas instituciones como el concurso COPE de Petroperú.
Todos estos galardones nos demuestran que se trata de un Chotano muy destacado
en el campo literario”. ¿Agregamos más?...
Sigo pensando, ¿falta algo? Evoco
la figura de Estuardo Villanueva y sus inconfundibles señas personales –según
él está a dieta por culpa de la caprichosa vesícula-, su voz y la manera tan
decidida de exponer sus puntos de vista. Al saber escucharle y tener la réplica
a la mano, preguntarle y repreguntarle, la conversación siempre resultará
amena, de aprendizaje. (En alguna oportunidad me dijo “la edad me está
ganando”. ¡Cómo, chotano y cobarde! No puede ser, con él no hay que tener
contemplaciones, tiene que seguir creando; le instamos a que pronto nos
sorprenda con otra publicación, ¡habrase visto!).
A otra dimensión. Por supuesto,
breves apuntes. Estuardo Villanueva, chotano, con estudios primarios en la
Escuela Nº 73, ex sanjuanista, médico cirujano, especialista en Cirugía General
por la UNMSM, actualmente ejerce su labor profesional de manera particular.
Desde muy niño se aficionó por la lectura, recuerda con mucho cariño los
consejos de su padre don Glicerio Villanueva para elegir los buenos temas al
tener a la mano la Enciclopedia Británica. A lo largo de sus años, de todo lo
que ha leído ahora tiene sus preferidos. Dice, “lo mejor Fedor Dostoievski, me
gusta Faulkner, Chejov, Juan Rulfo, Cortázar por “Rayuela”; de los peruanos me
quedo con Martín Adán; con Ciro Alegría y “La serpiente de oro”; “Un mundo para
Julius” de Alfredo Bryce Echenique es un monumento de obra”. De los autores que
no le agrada es preferible omitirlo, Aficionado al cine y al teatro. Tuvo una
pequeña participación en la película nacional “Los perros hambrientos”. Amplio
conocedor de la fiesta brava, y asiduo concurrente a las principales plazas
taurinas de nuestro país; se ha notado su ausencia en los días festivos de la Feria
Internacional San Juan Bautista de Chota estos dos últimos años (2012 y
2013); esperamos verlo el presente año
compartiendo sus conocimientos en la plaza de toros “El Vizcaíno”, rodeado del
afecto y consideración de sus amigos.
En esta parte, referirme a lo más
preciado para Estuardo. Unas líneas para destacar lo que él exhibe con legítimo
orgullo, aunque siempre manteniendo mucha reserva cuando se trata de su querida
familia. Vive rodeado del cariño de su esposa e hijos. Estos, plenamente
realizados: Fabricio, un ingeniero que apostó por la gastronomía y el buen vino
(por supuesto, todos están cordialmente invitados al restaurant “Qalaphari” en Cajamarca); e
Isabel, odontóloga. A sus hermanos y resto de familiares les profesa su permanente afecto. Todos
unidos, cada día amando más a su querido Chota, sus costumbres y tradiciones,
su historia y personajes; en conjunto, fervientes admiradores de Benel y de
Becerra.
¿Faltará más por reseñar? Seguro
que sí. ¿Habré cumplido mi cometido?...
Al final, aprovechar esta
oportunidad; quiero darme el gusto de decirle a Estuardo Villanueva:
¡Suerte espectaor!
HCA. Chiclayo. Enero 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario