martes, 18 de febrero de 2014

ESTUARDO VILLANUEVA, EL POETA DE CHOTA

 PÁGINAS AL VUELO 


¿El rótulo resulta corto? Sí. Evidentemente, debería incluirse,  además de poeta, también cuentista y dramaturgo. Espero se entienda, esta vez hay un motivo especial para este titular.
Este artículo -como ya en anterior oportunidad lo dijera- no pretende comprar simpatías; sin embargo -y esto es lo que más importa- espero que Estuardo Villanueva me dispense tamaño atrevimiento al referirme sobre su persona. Él se merece mucho más…
Amistad y admiración, dos sentimientos que ha permanecido ligados en torno a la figura de este reconocido chotano, médico de profesión, quien a  lo largo de muchos años se sigue manteniendo vigente en la apasionante tarea de escribir. Amistad que se fructificó en apasionantes tertulias –siempre respetuosas, a veces un tanto vehementes- que en definitiva siempre tuvieron un feliz colofón. Sí, horas bien gastadas en reuniones sociales y culturales, incluyendo también las otras cuyos finales son  los interminables apretones de manos y los consabidos abrazos, a la par de promesas y planes, pero que al despertar del nuevo día es posible que tengamos a nuestro alcance el recuerdo de una parte de lo que fue una amena conversación, eso sí, muy bien acompañado de la infaltable jaqueca y del característico malestar del cuerpo.
Admiración por la obra realizada con paciencia y total entrega. Y para mantenerme fiel con mi primera apreciación acerca de la valía de este escritor chotano, permítanme transcribir la parte final de un artículo que escribí en el diario La Industria de Chiclayo a propósito de la presentación de su poemario “Pesares y Ufanías” la noche del  14 de octubre del 2005: “Fue una noche feliz, apacible. De música y poesía. De reconocimiento y homenaje; sí, al escritor galardonado y cultor de la prosa y el verso, al autor y director de piezas teatrales, al acertado crítico taurino. Definitivamente, Estuardo Villanueva se lo merecía”.
¿Y a qué viene esta extravagante introducción? Pues, tener un especial pretexto para sumarnos a las felicitaciones por el merecido homenaje que le tributó el Concejo Provincial de Chota el día 1 de noviembre del 2013 (aniversario de la fundación española de Chota) al concederle la Medalla de Mérito por ser el más destacado y galardonado poeta chotano. (Es pertinente precisar que en esta oportunidad también fueron distinguidos el Dr. Julio Vásquez Acuña, mejor alcalde del siglo pasado; el Dr. Carlos A. Sánchez Arrascue, mejor alcalde del presente siglo; y el Dr. Demóstenes Cabrera Herrera, por haber dedicado cuarenta años de su vida a la Salud del pueblo chotano.). El día anterior, es decir el 31/10/2013, durante el Encuentro Internacional de Poetas y Escritores en el certamen “Todas las Sangres - Juan José Bustamante” se bautizó la Biblioteca de Autores Chotanos “Estuardo Villanueva Díaz” creada por la Municipalidad Provincial de Chota, que se ubica en el Complejo Cultural Akunta. En consecuencia, doble motivo para congratular a Estuardo Villanueva.
Pienso, y ahora qué. Al instante surge la necesidad de buscar un apoyo para definir con mayor autoridad el bosquejo que se planteó al inicio. Listo, lo tengo. Recurro a mi dilecto amigo Segundo L. Rojas Gasco, destacado investigador chotano, que en el prólogo del libro “Acecho del Clarinorco” de Estuardo Villanueva escribe: “Son conocidas a nivel regional, nacional e internacional, las notables cualidades literarias de Estuardo en el campo de la poesía, cuento, relatos, novela y teatro; las mismas que le han permitido obtener premios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Universidad Nacional de Trujillo, en la Universidad Nacional de Cajamarca, y la Universidad Particular de Piura; y también en otros concursos programados por reconocidas instituciones como el concurso COPE de Petroperú. Todos estos galardones nos demuestran que se trata de un Chotano muy destacado en el campo literario”. ¿Agregamos más?...
Sigo pensando, ¿falta algo? Evoco la figura de Estuardo Villanueva y sus inconfundibles señas personales –según él está a dieta por culpa de la caprichosa vesícula-, su voz y la manera tan decidida de exponer sus puntos de vista. Al saber escucharle y tener la réplica a la mano, preguntarle y repreguntarle, la conversación siempre resultará amena, de aprendizaje. (En alguna oportunidad me dijo “la edad me está ganando”. ¡Cómo, chotano y cobarde! No puede ser, con él no hay que tener contemplaciones, tiene que seguir creando; le instamos a que pronto nos sorprenda con otra publicación, ¡habrase visto!).
A otra dimensión. Por supuesto, breves apuntes. Estuardo Villanueva, chotano, con estudios primarios en la Escuela Nº 73, ex sanjuanista, médico cirujano, especialista en Cirugía General por la UNMSM, actualmente ejerce su labor profesional de manera particular. Desde muy niño se aficionó por la lectura, recuerda con mucho cariño los consejos de su padre don Glicerio Villanueva para elegir los buenos temas al tener a la mano la Enciclopedia Británica. A lo largo de sus años, de todo lo que ha leído ahora tiene sus preferidos. Dice, “lo mejor Fedor Dostoievski, me gusta Faulkner, Chejov, Juan Rulfo, Cortázar por “Rayuela”; de los peruanos me quedo con Martín Adán; con Ciro Alegría y “La serpiente de oro”; “Un mundo para Julius” de Alfredo Bryce Echenique es un monumento de obra”. De los autores que no le agrada es preferible omitirlo, Aficionado al cine y al teatro. Tuvo una pequeña participación en la película nacional “Los perros hambrientos”. Amplio conocedor de la fiesta brava, y asiduo concurrente a las principales plazas taurinas de nuestro país; se ha notado su ausencia  en los días festivos de la Feria Internacional San Juan Bautista de Chota estos dos últimos años (2012 y 2013);  esperamos verlo el presente año compartiendo sus conocimientos en la plaza de toros “El Vizcaíno”, rodeado del afecto y consideración de sus amigos.
En esta parte, referirme a lo más preciado para Estuardo. Unas líneas para destacar lo que él exhibe con legítimo orgullo, aunque siempre manteniendo mucha reserva cuando se trata de su querida familia. Vive rodeado del cariño de su esposa e hijos. Estos, plenamente realizados: Fabricio, un ingeniero que apostó por la gastronomía y el buen vino (por supuesto, todos están cordialmente invitados al  restaurant “Qalaphari” en Cajamarca); e Isabel, odontóloga. A sus hermanos y resto de familiares  les profesa su permanente afecto. Todos unidos, cada día amando más a su querido Chota, sus costumbres y tradiciones, su historia y personajes; en conjunto, fervientes admiradores de Benel y de Becerra.
¿Faltará más por reseñar? Seguro que sí. ¿Habré cumplido mi cometido?...
Al final, aprovechar esta oportunidad; quiero darme el gusto de decirle a Estuardo Villanueva:
¡Suerte espectaor!




HCA. Chiclayo. Enero 2014.